Movimiento Familia de Jesús

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Humildad

SAN PABLO

Año de San Pablo del 28 junio 2008 - 29 julio 2009

El Año Paulino debe ayudarnos para redescubrir la figura del Apóstol, releer sus numerosas cartas dirigidas a las primeras comunidades cristianas, revivir los primeros tiempos de nuestra iglesia, profundizar en sus ricas enseñanzas a los "gentiles", meditando en su vigorosa espiritualidad de fe, esperanza y caridad, revitalizar nuestra fe y nuestro papel en la iglesia de hoy a la luz de sus enseñanzas, rezar y trabajar por la unidad de todos los cristianos en una Iglesia unida.

El apóstol Pablo es un ejemplo de primer plano, de quien todos tenemos todavía tanto que aprender y este es el objetivo del Año Paulino: aprender de San Pablo la fe, aprender de él quien es Cristo, aprender, en último término, el camino para una vida recta. Ojalá que estos datos de su vida y los textos, seleccionados, puedan servir de ayuda.

 DATOS   DE   LA  VIDA  DE   SAN  PABLO

NACIMIENTO:

Las noticias acerca de la vida de este gran apóstol están contenidas en "Los Hechos de los Apóstoles" y en las cartas del santo. Son verdaderamente interesantes. Nació en la ciudad de Tarso, en el Asia Menor, quizás unos diez años después del nacimiento de Jesucristo. Su primer nombre era Saulo. Era de familia de judíos, de la tribu de Benjamín y de la secta de los fariseos. Fue educado en toda la rigidez de las doctrinas de los fariseos, y aprendió muy bien el idioma griego que era el que en ese entonces hablaban las gentes cultas de Europa. Esto le será después sumamente útil en su predicación.

INQUIETUDES:

En Hechos de los Apóstoles 22,3, San Pablo indica: "Yo soy judío. Nací en Tarso de Sicilia, pero me crié aquí en Jerusalén y estudié bajo la dirección de Gamaliel, muy de acuerdo con la ley de nuestros antepasados". Durante la vida pública de Jesús no estuvo Saulo en Palestina, por eso no lo conoció personalmente. Después de la muerte de Jesús, volvió nuestro hombre a Jerusalén y se encontró con que los seguidores de Jesús se habían extendido mucho y emprendió con muchos otros judíos una feroz persecución contra los cristianos. Al primero que mataron fue al diácono San Esteban y mientras los demás lo apedreaban, Saulo les cuidaba sus vestidos, demostrando así que estaba de acuerdo con este asesinato. Pero Esteban murió rezando por sus perseguidores y obtuvo pronto la conversión de este terrible enemigo.

CONVERSIÓN:

Saulo salió para Damasco con órdenes de los jefes de los sacerdotes judíos para apresar y llevar a Jerusalén a los seguidores de Jesús. Pero por el camino una luz deslumbrante lo derribó del caballo y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?”. Él preguntó: "¿Quién eres tú?- y la voz le respondió: "Yo soy Jesús el que tú persigues". Pablo añadió: “¿Señor, que quieres que yo haga?” y Jesús le ordenó que fuera a Damasco y que allá le indicaría lo que tenía que hacer. Desde ese momento quedo ciego y así estuvo por tres días. Y allá en Damasco un discípulo de Jesús lo instruyó y lo bautizó, y entonces volvió a recobrar la vista. Desde ese momento dejó de ser fariseo y empezó a ser apóstol cristiano.

Después se fue a Arabia y allá estuvo tres años meditando, rezando e instruyéndose en la doctrina del cristianismo.

Vuelto a Damasco empezó a enseñar en las Sinagogas que Jesucristo es el Redentor del mundo. Entonces los judíos dispusieron asesinarlo y tuvieron los discípulos que descolgarlo por la noche en un canasto por las murallas de la ciudad. Muchas veces tendrá que salir huyendo de diversos sitios, pero nadie logrará que deje de hablar a favor de Cristo Jesús y de su doctrina.

VIAJES DE SAN PABLO:

 San Pablo hizo cuatro grandes viajes que se han hecho famosos.

 El primero: (46 - 49) Pablo, Bernabé y Juan Marcos: Chipre, Antioquía de Pisidia, (Juan Marcos regresa a Jerusalén) Iconio. En ese viaje cambio su nombre de Saulo por el de Pablo, en honor de su primer gran convertido, el gobernador de Chipre, que se llamaba Sergio Pablo.

El segundo viaje lo hizo de los años 49 al 52. En este recorrido ya es menos impulsivo que en el viaje anterior y encuentra menos reacciones violentas, pero estas no faltan y bastante graves. Visita las comunidades o iglesias que fundó en el primer viaje y se propone seguir misionando por el Asia Menor pero un mensaje del cielo se lo impide y le manda que pase a Europa a misionar. Se encuentra con dos valiosos colaboradores: el evangelista San Lucas (a quien llama "médico amadísimo") y Timoteo, que será su más fiel secretario y servidor, y a quien escribirá después dos cartas que se han hecho famosas.

La primera ciudad europea que visitó fue Filipos (en sueños oyó que un habitante de Filipos le suplicaba: "Ven a ayudarnos"). Allí le sacó el demonio a una muchacha que hacía adivinaciones y al acabárseles el negocio de los que cobraban por cada adivinación, estos arremetieron contra Pablo y su compañero Silas y les hicieron dar una feroz paliza. Pero en la cárcel a donde los llevaron, lograron convertir y bautizar al carcelero y a toda su familia. Pablo guardó siempre un gran cariño hacia los habitantes de Filipos y a ellos dirigió después una de sus más afectuosas cartas, la Epístola a los Filipenses.

Después paso a la ciudad de Atenas, que era la más famosa en cuanto a cultura y filosofía. Allá predicó un sermón en el Aerópago, y aunque muchos se rieron porque hablaba de que Cristo había resucitado, sin embargo logró convertir a Dionisio el aeropagita, a Damaris y a varias personas más.

Enseguida pasó a Corinto, que era un puerto de gran movimiento de gentes. Allí estuvo predicando durante un año y seis meses y logró convertir gran cantidad de gentes. Más tarde dirigirá a sus habitantes sus dos célebres cartas a los Corintios. De allí salió a hacer su cuarta visita a Jerusalén.

Su tercer viaje lo hizo del año 53 al 56. En este viaje lo más notorio fue que en la ciudad de Efeso en la cual estuvo por bastantes meses, Pablo logró que muchas personas empezaran a darse cuenta de que la diosa Diana que ellos adoraban era un simple ídolo, y dejaron de rendirle culto. Entonces los fabricantes de estatuillas de Diana al ver que se arruinaba el negocio, promovieron un gran tumulto en contra del Apóstol.

De Efeso partió Pablo hacia Jerusalén, en su cuarto viaje a llevar a los cristianos pobres de esa ciudad el producto de una colecta que había promovido entre las ciudades que había evangelizado. Por todas partes se iba despidiendo, anunciando a sus discípulos que el Espíritu Santo le comunicaba que en Jerusalén le iban a suceder hechos graves, y que por eso probablemente no lo volverían a ver. Esto causaba profunda emoción y lágrimas en sus seguidores que tanto lo estimaban.

En su cuarto viaie a Jerusalén del 61 al 63, los judíos promovieron contra él un espantoso tumulto y estuvieron a punto de lincharlo. A duras penas lograron los soldados del ejército romano sacarlo con vida de entre la multitud enfurecida. Entonces cuarenta judíos juraron que no comerían ni beberían mientras no lograran matar a Pablo. Al saber la hermana de él esta grave noticia, mandó un sobrino a que se la contara. Entonces Pablo avisó al comandante del ejército, y de noche, en medio de un batallón de caballería y otro de infantería, lo sacaron de Jerusalén y lo llevaron a Cesarea. Allá estuvo preso por dos años, pero permitían que sus discípulos fueran a visitarlo. Al darse cuenta Pablo de que los judíos pedían que lo llevaran a Jerusalén para juzgarlo (para poder matarlo por el camino), pidió ser juzgado en Roma, y el gobernante acepto su petición. Y en un barco comercial fue enviado, custodiado por 40 soldados.

Y sucedió que en la travesía estalló una espantosa tormenta y el barco se hundió. Pero Jesucristo le anunció a Pablo que por el amor que le tenía a su muy estimado Apóstol no permitiría que ninguno de los viajeros del barco se ahogase. Y así sucedió. Lograron llegar a la Isla de Greta y allí salvaron sus vidas del naufragio. Al fin llegaron a Roma, donde esperaban a Pablo con gran entusiasmo los cristianos. En esa ciudad capital estuvo por dos años preso (casa por cárcel) con un centinela en la puerta. Y los cristianos y los judíos iban frecuentemente a charlar con él, y aprovechaba toda ocasión que se le presentara para hablar de Cristo y conseguirle más y más seguidores.

Cuando estalló la persecución de Nerón (a. 67), éste mandó matar al gran Apóstol, cortándole la cabeza. Dicen que sucedió el martirio en el sitio llamado Las Tres Fontanas.

SUS 13 CARTAS:

San Pablo se ha hecho famoso por sus 13 cartas en las cuales enseña verdades valiosísimas para la vivencia de nuestra fe. Esas Cartas son: Romanos, Corintios (1 y 2), Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón, Tesalonicenses (1 y 2), Timoteo (1 y 2) y Tito. En su segunda Carta a los Corintios, San Pablo narra así lo que le sucedió en su apostolado: "Cinco veces recibí de los judíos 39 azotes cada vez. Tres veces fue apaleado con varas. Tres veces padecí naufragios. Un día y una noche los pasé entre la vida y la muerte en medio de las olas del mar. Muchas veces me vi en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los judíos, peligros de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar, peligros por parte de falsos hermanos; noches sin dormir, con hambre y sed, en frecuentes ayunos, con frío y sin abrigo. Además de estas y otras cosas, pesa sobre mí la preocupación por todas las Iglesias. ¿Quién se desanima, que no me haga desanimar?. ¿Quién tropieza sin que un fuego me devore? Pablo, fervoroso Apóstol, un favor te pedimos al recordarte en este año: suplícale a Dios que te imitemos en tu inmenso amor a Jesucristo y en tu deseo impresionante de salvar almas. Que cada uno de nosotros pueda repetir aquella famosa frase tuya: "Me desgasto y me desgastaré por el bien de las almas y por el Reino de Cristo Jesús".

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 TEXTOS SELECCIONADOS DE SAN PABLO

Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree” (Rom 1, 16)

“Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco” (Rom 8, 15)

“Los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual” (Rom 8, 5)

“Estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros” (Rom 8, 18)

“Esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia” (Rom 8, 25)

“En todas las cosas intervine Dios para bien de los que le aman” (Rom 8, 28)

“Si Dios esta con nosotros ¿quien contra nosotros?” (Rom 8, 32)

“¿Qué diremos, pues? ¿Qué hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo!”(Rom 9, 14)

¡Oh hombre! Pero ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios?”(Rom 9, 19)

“¿Cómo oirán sin que se les predique?” (Rom 10, 14)

“Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios!¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!” (Rom 11, 33)

“No sigan la corriente del mundo en que vivimos, más bien transfórmense por la renovación de su mente. Así sabrán ver cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agradan” (Rom 12, 2)

“Sirvamos cada cual con nuestros diferentes dones” (Rom 12, 6)

“Vivan en armonía unos con otros” (Rom 12, 16)

“Revístanse de Cristo Jesús, el Señor” (Rom 13, 14)

“Estén siempre listos para hacer el bien y evitar el mal” (Rom 16, 19)

“No cuenta ni el que planta ni el que riega, sino Dios que hace crecer” (1 Cor 3, 7)

“Juntos trabajemos en la obra de Dios” (1 Cor 3, 9)

“¿No saben ustedes que son Templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (1 Cor 3, 16)

“Celebremos, pues, la Pascua; no más levadura vieja, que es la maldad y la perversidad; tengamos pan sin levadura, o sea, la pureza y la sinceridad” (1 Cor 5, 8)

“Que nadie busque su propio  interés, sino el del prójimo” (1 Cor 10, 24)

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe”, (1 Cor 13, 1)

“¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo! Por eso, queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles,  progresando constantemente en la obra del Señor, con  la certidumbre de que los esfuerzos que realizan por él no serán vanos”. (1 Cor 15, 57-58)

“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios”. (2 Cor 1, 3-5)

“Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios”. (2 Cor 4, 7)

“Déjense reconciliar con Dios” (2 Cor 5, 20)

“Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente”. (2 Cor 9, 6)

“El que se gloria, que se gloríe en el Señor” (2 Cor 10, 17)

“Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad”. (2 Cor 12, 9)

“Hermanos, alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes”. (2 Cor 13, 11)

“Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí”. (Gál 2, 20)

“Porque todos ustedes, por la fe, son hijos de Dios en Cristo Jesús, ya que todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo. Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús. (Gál 3, 26-29)

“Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.(Gál 4, 6-7)

“Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor. Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros.” (Gál 5, 13-15)

“El fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia” (Gál 5, 22)

“Si alguien se imagina ser algo, se engaña, porque en realidad no es nada.” (Gál 6, 3)

“No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha llegará a su tiempo si no desfallecemos” (Gál 6, 9)

“Yo solo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo” (Gál 6, 14)

“Porque Cristo es nuestra paz” (Ef 2, 14)

“Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.  Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos”. (Ef 4, 2-6)

“Viviendo en  la verdad y en el amor, crezcamos plenamente, unidos a Cristo. Él es la Cabeza, y de él, todo el Cuerpo recibe unidad y cohesión, gracias a los ligamentos que lo vivifican y a la actividad propia de cada uno de los miembros. Así el Cuerpo crece y se edifica en el amor” (Ef 4, 15-16)

“Por eso, renuncien a la mentira y digan siempre la verdad a su prójimo, ya que todos somos miembros, los unos de los otros. Si se enojan, no se dejen arrastrar al pecado ni permitan que la noche los sorprenda enojados, dando así ocasión al demonio”. (Ef 4, 25-27)

“Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo”. (Ef 4, 31-32)

“Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia”. (Ef 5, 10-11)

“Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”. (Ef 6, 14-16)

“Porque para mi la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia” (Fil 1, 21)

“Tengan entre ustedes  los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Fil 2, 5)

“Olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia delante” (Fil 3, 13)

“Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense”. (Fil 4, 4)

“No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios”. (Fil 4, 6)

“El (Cristo) es también la Cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia”. (Col 1, 18)

“Vivan en Cristo Jesús, el Señor, tal como ustedes lo han recibido, arraigados y edificados en él, apoyándose en la fe que les fue enseñada y dando gracias constantemente”. (Col 2, 6-7)

“Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios” (Col 3, 1)

“Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profundo compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo”. (Col 3, 12-13)

“La voluntad de Dios es que sean santos” (1 Tes 4, 3)

“No estén tristes como los otros, que no tienen esperanza”. (1 Tes 4, 13)

“Revistámonos con la coraza de la fe y del amor, y cubrámonos con el casco de la esperanza de la salvación”. (1 Tes 5, 8)

“Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. Que nadie los engañe de ninguna manera”. (2 Tes 2, 1-3)

“El que no quiera trabajar, que no coma” (2 Tes 3, 10)

“No se cansen de hacer el bien, hermanos” (2 Tes 3, 13)

“¡Al Rey eterno y universal, al Dios incorruptible, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos!”. (1 Tim 1, 17)

“Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos”. (1 Tim 6, 10)

“Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad”. (2 Tim 1, 7)

“Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos. Si hemos muerto con é1, viviremos con él”. (2 Tim 2, 8-11)

“Toda la Escritura esta inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y este preparado para hacer siempre el bien”. (2 Tim 3, 16-17)

“En cuanto a ti, debes enseñar todo lo que es conforme a la sana doctrina”. (Tito 2, 1)

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Santísima Trinidad

Se celebra en el 1er. domingo,

después de la venida del Espíritu Santo

Esta fiesta fue establecida en 1334 por el papa Juan XXII y quedó fijada para el domingo después de la venida del Espíritu Santo. El misterio central de nuestra fe, el misterio de la Santísima Trinidad, fuente de todos los dones y gracias; el misterio de la vida íntima de Dios. Toda la liturgia de la Misa de ese domingo nos invita a tratar con intimidad a cada una de las Tres Personas, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Cada vez que con fe y con devoción rezamos Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, estamos invocando la Santísima Trinidad, verdadero y único Dios.

La Trinidad constituye el misterio supremo de nuestra fe. Y misterio es una verdad de la que no podemos saberlo todo.

En el caso de la Santísima Trinidad, sabemos lo que Dios mismo a través de las Sagradas Escrituras y de Jesucristo, nos ha revelado.

Este misterio que no podemos comprender totalmente, sí podemos vivirlo, ya san Pablo, se despedía de las comunidades cristianas diciendo: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo, esté siempre con ustedes”.

El misterio de la Santísima Trinidad, estaba presente ya en tiempos de los apóstoles. Pero ¿vive fecundamente en nosotros? En el Evangelio de ese día, Jesús al despedirse de sus discípulos, los envía, les da la misión universal de hacer discípulos y bautizar “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

La misión fue cumplida por los discípulos y aún hoy lo está siendo por nosotros. Todos nosotros hemos sido bautizados “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, en el nombre de la Santísima Trinidad. Adoramos, entonces, a Dios uno y Trino como consecuencia de nuestra fe bautismal. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, de única naturaleza, iguales en su dignidad según se reza en el prefacio de la misa de ese domingo: “En verdad es justo,... darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu Único Hijo y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor; no una sola Persona, sino tres Personas en una sola naturaleza. Y lo que creemos de tu Gloria, porque tú lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción”.

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Posturas durante la Misa (forma ordinaria)

y praxis tradicional del Rito romano

 
Durante la celebración de la Misa Romana promulgada por Pablo VI, «expresión ordinaria de la Lex orandi, de la Iglesia católica de rito latino» (Benedicto XVI, Motu Proprio Summorum Pontificum art. 1.), «se tendrá que prestar atención a aquellas cosas que se establecen por esta Instrucción general y por la praxis tradicional del Rito romano, y a aquellas que contribuyan al bien común espiritual del pueblo de Dios, más que al deseo o a las inclinaciones privadas» (Institutio generalis Missalis Romani, 42).

Gestos y posturas corporales de los fieles durante la Misa (forma ordinaria) -
Pasos en la dirección de la hermenéutica de la continuidad

1º Pueden estar de rodillas (praxis tradicional del Rito romano)
Desde el principio del canto de entrada hasta cuando el sacerdote se dirige al altar.
2º Están de pie
Desde cuando el sacerdote se dirige al altar, hasta la colecta inclusive.
3º Están sentados
Mientras se proclaman las lecturas antes del Evangelio y el salmo responsorial.
4º Están de pie
Al canto del Aleluya antes del Evangelio y durante la proclamación del Evangelio.
5º Están sentados
Durante la homilía.
6º Están de pie (*)
Mientras se hace la profesión de fe. Sin embargo, a las palabras: y por la obra del Espíritu Santo, etc., o que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, todos se inclinan profundamente; y en la solemnidades de la Anunciación y de Navidad del Señor, se arrodillan. (Praxis tradicional del Rito romano: siempre de rodillas a las palabras y por la obra del Espíritu Santo, etc.), y mientras se hace la oración universal.
7º Están sentados
Durante la homilía y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio.
8º Están de pie
Desde la invitación Orad, hermanos, antes de la oración sobre las ofrendas, hasta cuando termina la aclamación del “Santo”.
9º Pueden estar de rodillas (praxis tradicional del Rito romano)
Desde cuando termina la aclamación del “Santo” hasta el final de la Plegaria Eucarística. Sin embargo, los fieles estarán siempre de rodillas durante la consagración.
10º Están de pie
Desde el final de la Plegaria Eucarística, hasta antes de la Comunión cuando el sacerdote dice “Éste es el Cordero de Dios”.
11º Pueden estar de rodillas (praxis tradicional del Rito romano)
Desde antes de la Comunión cuando el sacerdote dice “Éste es el Cordero de Dios” hasta el sagrado silencio después de la Comunión.
12º Están de pie (*)
Desde después del sagrado silencio después de la Comunión hasta el final de la Misa. Sin embargo, los fieles se inclinan para recibir la bendición solemne. (Praxis tradicional del Rito romano: siempre de rodillas a la bendición).
 
INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO: Institutio generalis Missalis Romani, 42-43, 137, 185, 274-275 (Editio tertia, 2002)

Gestos y posturas corporales (MR 42-44)
«42. Los gestos y posturas corporales, tanto del sacerdote, del diácono y de los ministros, como del pueblo, deben tender a que toda la celebración resplandezca por el noble decoro y por la sencillez, a que se comprenda el significado verdadero y pleno de cada una se sus diversas partes y a que se favorezca la participación de todos [52]. Así, pues, se tendrá que prestar atención a aquellas cosas que se establecen por esta Instrucción general y por la praxis tradicional del Rito romano, y a aquellas que contribuyan al bien común espiritual del pueblo de Dios, más que al deseo o a las inclinaciones privadas.
La uniformidad de las posturas, que debe ser observada por todos participantes, es signo de la unidad de los miembros de la comunidad cristiana congregados para la sagrada Liturgia: expresa y promueve, en efecto, la intención y los sentimientos de los participantes.
43. Los fieles están de pie desde el principio del canto de entrada, o bien, desde cuando el sacerdote se dirige al altar, hasta la colecta inclusive; al canto del Aleluya antes del Evangelio; durante la proclamación del Evangelio; mientras se hacen la profesión de fe y la oración universal; además desde la invitación Orad, hermanos, antes de la oración sobre las ofrendas, hasta el final de la Misa, excepto lo que se dice más abajo.
En cambio, estarán sentados mientras se proclaman las lecturas antes del Evangelio y el salmo responsorial; durante la homilía y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio; también, según las circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio después de la Comunión.
Por otra parte, estarán de rodillas, a no ser por causa de salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras causas razonables lo impidan, durante la consagración. Pero los que no se arrodillen para la consagración, que hagan inclinación profunda mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración.
Sin embargo, pertenece a la Conferencia Episcopal adaptar los gestos y las posturas descritos en el Ordinario de la Misa a la índole y a las tradiciones razonables de los pueblos, según la norma del derecho [53]. Pero préstese atención a que respondan al sentido y la índole de cada una de las partes de la celebración. Donde existe la costumbre de que el pueblo permanezca de rodillas desde cuando termina la aclamación del “Santo” hasta el final de la Plegaria Eucarística y antes de la Comunión cuando el sacerdote dice “Éste es el Cordero de Dios”, es laudable que se conserve».
Liturgia de la palabra (MR 137)
«137. El Símbolo se canta o se dice por el sacerdote juntamente con el pueblo (cfr. n 68) estando todos de pie. A las palabras: y por la obra del Espíritu Santo, etc., o que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, todos se inclinan profundamente; y en la solemnidades de la Anunciación y de Navidad del Señor, se arrodillan».
Rito de conclusión (MR 185)
«185. Si se emplea la oración sobre el pueblo o la fórmula de bendición solemne, el diácono dice: Inclinaos para recibir la bendición. Una vez que el sacerdote haya impartido la bendición, el diácono despide al pueblo, vuelto hacia él, diciendo con las manos juntas: Podéis ir en paz».
Genuflexión e inclinación (MR 274-275)
«274. La genuflexión, que se hace doblando la rodilla derecha hasta la tierra, significa adoración; y por eso se reserva para el Santísimo Sacramento, así como para la santa Cruz desde la solemne adoración en la acción litúrgica del Viernes Santo en la Pasión del Señor hasta el inicio de la Vigilia Pascual.
En la Misa el sacerdote que celebra hace tres genuflexiones, esto es: después de la elevación de la Hostia, después de la elevación del cáliz y antes de la Comunión. Las peculiaridades que deben observarse en la Misa concelebrada, se señalan en sus lugares (cfr. núms. 210-251).
Pero si el tabernáculo con el Santísimo Sacramento está en el presbiterio, el sacerdote, el diácono y los otros ministros hacen genuflexión cuando llegan al altar y cuando se retiran de él, pero no durante la celebración misma de la Misa.
De lo contrario, todos los que pasan delante del Santísimo Sacramento hacen genuflexión, a no ser que avancen procesionalmente.
Los ministros que llevan la cruz procesional o los cirios, en vez de la genuflexión, hacen inclinación de cabeza.
275. Con la inclinación se significa la reverencia y el honor que se tributa a las personas mismas o a sus signos. Hay dos clases de inclinaciones, es a saber, de cabeza y de cuerpo:
a) La inclinación de cabeza se hace cuando se nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas, y al nombre de Jesús, de la bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa.
b) La inclinación de cuerpo, o inclinación profunda, se hace: al altar, en las oraciones Purifica mi corazón y Acepta, Señor, nuestro corazón contrito; en el Símbolo, a las palabras y por obra del Espíritu Santo o que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; en el Canon Romano, a las palabras Te pedimos humildemente. El diácono hace la misma inclinación cuando pide la bendición antes de la proclamación el Evangelio. El sacerdote, además, se inclina un poco cuando, en la consagración, pronuncia las palabras del Señor».
 
Notas
[52]
Cfr. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, núms. 30. 34; cfr. también allí el núm. 21.

[53] Cfr. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, núm. 40; Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción Varietates legitimae, día 25 de enero de 1994, núm. 41: A.A.S. 87 (1995) pág. 304.

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Los Diez Mandamientos:

               A la luz de las tres vertientes; I - el Éxodo (salida o emigración de los israelitas de Egipto), II - Deuteronomio (segunda ley o repetición de la recibida en el Sinaí) y III - como la Iglesia Cristiana los presenta al hombre en su Tradición y Catequesis.

I-Éxodo 20, 2 - 17

II -Deuteronomio 5, 6 - 21

III

Yo soy el Señor tu Dios que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre.

Yo soy el señor, tu Dios, que te ha sacado de Egipto, de la servidumbre.

 

No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos.

No habrá para ti otros dioses delante de mí...

Amarás a Dios sobre todas las cosas.

No tomarás en falso el nombre del Señor, tu Dios, porque el Señor no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.

No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios...

No tomarás el nombre de Dios en vano.

Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el séptimo día es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene, y el séptimo descansó; por eso bendijo el Señor el día del sábado.

Guardarás el día del sábado para santificarlo.

Santificarás las fiestas.

Honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.

Honra a tu padre y a tu madre.

Honrarás a tu padre y a tu madre.

No matarás.

No matarás.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No cometerás adulterio.

No cometerás actos impuros.

No robarás.

No robarás.

No robarás.

No darás falso testimonio contra tu prójimo.

No darás testimonio falso contra tu prójimo.

No dirás falso trestimonio ni mentirás.

No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.

 

No desearás la mujer de tu prójimo.

No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

No codiciarás... nada que sea de tu prójimo.

No codiciarás los bienes ajenos.

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El Valor de las Pequeñas Cosas

Aprende a escuchar el valor de las pequeñas cosas, de los acontecimientos.
Verás que todo habla, todo se comunica contigo.
Con cada falta de delicadeza, hiero un poco a aquellos que me aman.
Con cada desatención, no soy ni educado ni cristiano.
Con cada mirada de desprecio, alguien resulta golpeado.
Con cada gesto de impaciencia, doy una bofetada invisible a los que viven a mi lado.
Con cada perdón que niego, va un pedazo de mi egoísmo.
Con cada resentimiento que esbozo, revelo algo de mi amor propio herido.
Con cada palabra áspera que digo, pierdo algunos puntos para el cielo.
Con cada omisión que practico, rasgo una hoja del evangelio.
Con cada limosna que niego, alejo más triste a un pobre.
Con cada juicio malicioso, aflora mi lado mezquino.
Con cada oración que no hago, pierdo un mundo de gracia.
Con cada burla que hago, peco contra el silencio.
Con cada llanto que enjuago, hago más feliz a mi hermano.
Con cada acto de fe, canto un himno a la vida.
Con cada sonrisa que desparramo, planto una esperanza.
Con cada espina que clavo, lastimo el corazón de un semejante.
Con cada espina que arranco, alguien besará mi mano.

"Si en cada paso que voy a dar, me detengo y me pregunto, ¿Jesús, lo haría?, mis tropiezos serían mínimos"

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CATEQUESIS PARROQUIAL

    En el no 5 del Catecismo de la Iglesia Católica leemos: "Globalmente, se puede decir que la catequesis es una educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos que comprende especialmente en una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana".

    Siempre que se inicia un periodo de catequesis se deben hacer unas consideraciones que nos ayuden a todos.

    En primer lugar se debe agradecer y animar a los catequistas a proseguir su colaboración en la vida de la Iglesia, su servicio a favor de los niños, adolescentes, jóvenes y adultos que acudirán semana tras semana a la catequesis para ir, poco a poco, creciendo en la fe.

    En segundo lugar se le debe pedir a los papás de los catequizandos que estén prestos a colaborar con los catequistas. Que deben acudir a las reuniones y actividades que se programen. Unidos padres y catequistas no hay duda que la catequesis va a resultar mucho más fructífera. Se le debe recordar a los papás lo que dijo el Vaticano II: "Los padres son los primeros y pricipales educadores en la fe de sus hijos"(G.E. 3)

    En tercer lugar se le pide a toda la comunidad parroquial, que en sus oraciones tengan presentes a los catequizandos, a los papás y a los catequistas, para que así también se sientan parte de la CATEQUESIS PARROQUIAL, que es algo que a todos atañe, aunque a cada uno de una forma diferente, por eso es una responsabilidad común y a la vez diferenciada.

    Hay que recordar en todo momento las palabras del mismo Jesús, el Maestro: "Id, pues, enseñad a todas las gentes"(Mt.28,19).

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 BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN,

PORQUE ELLOS SERÁN CONSOLADOS

 

¿Dolor? ¿Luto? No los buscamos, pero en ocasiones los sentimos. Sólo la esperanza que nace de la confianza en Dios nos da fuerza y ánimo en los momentos duros de nuestra vida. En el alma el gran luto es la ausencia de Dios.

Con Dios todo es superable, y, aunque sangre el corazón, sentiremos el consuelo y la serenidad, frutos de la fe sinceramente vivida. Si confiamos en Él siempre encontraremos, en el muro del dolor, una grieta donde brille un poco de luz que nos ayude a seguir y vivir. Meditar los dolores de Jesús y de María nos hará más comprensible la aparente ausencia y silencio de Dios.

 

Enfrentarse al dolor es luchar por la vida, sobretodo cuando lo hacemos  por la vida de los hermanos. Todo esfuerzo por evitar y reducir el dolor de otro, nos hace sentir en el corazón la paz y la serenidad, y nos acerca más íntimamente a Dios.

 

Jesús no modificó las leyes de la creación. Más aún, siendo capaz de suprimir el sufrimiento ajeno no se lo evitó a sí mismo. ¿Era preciso? ¿Y por qué era preciso? El misterio del dolor sigue siendo indescifrable para nosotros. Dios no nos ha explicado este enigma. Se hizo hombre para enseñarnos a vivir y a triunfar sobre el mal en el seno mismo de la oscuridad. Éste es el consuelo anunciado en esta Bienaventuranza. Él padeció, con el fin de ayudarnos a sufrir para que nuestras lágrimas, como las suyas, tengan un valor redentor. Jesús prefirió volver nuestras miradas hacia el porvenir y asegurarnos que nuestro dolor no es inútil. Los cristiano seremos consolados si aceptamos los inevitables sufrimientos, de los que nadie está exento, como un sacramento de unión a Cristo para la realización de su obra redentora.

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EL BAUTISMO

FOLLETO EVC 168

ARQUIDIÓCESIS PRIMADA DE MÉXICO

EL BAUTISMO

R.P. Pedro Herrasti, S.M.

NIHIL OBSTAT

17 de marzo de 1999

Censor Pbro. Dr. José Luis G.

Guerrero Rosado

IMPRIMATUR

30 de marzo de 1999 Pbro. Lic. Guillermo Moreno Bravo Vicario General.

EL BAUTISMO

"Id y bautizad a todas las naciones, enseñándoles a cumplir todo lo que Yo os he mandado" (Mt.28,19-20).

Con estas solemnes palabras, Nuestro Señor Jesucristo se despide de los Apóstoles momentos antes de su Ascensión a los Cielos. Les deja encomendada nada menos que la salvación de la humanidad entera. Y la Iglesia naciente, espera en Jerusalén con la Virgen María, la venida del Espíritu Santo que les daría las luces y la fortaleza para emprender tan grande obra.

¿Qué es el Bautismo?, ¿en qué radica su urgencia y su grandeza? es el objeto de este folleto ayudar al cristiano a conocer y valorar el hecho de haber sido bautizado cuando pequeño o del adulto no bautizado que se prepara para recibirlo al terminar su catecumenado.

Un rito muy antiguo

Dado que el agua naturalmente lava o purifica, en muchas culturas o religiones antiguas ya desaparecidas o aún vigentes, se ha acostumbrado realizar con agua un rito de "purificación", simbolizando arrepentimiento por las faltas cometidas. Actualmente, en la India por ejemplo, cientos de miles de hindúes entran al Río Ganges en Benarés en ceremonias impresionantes tanto por el número de los devotos y la intensidad de su devoción como del entorno mismo en que se verifican los ritos.

En Palestina, en tiempos de Jesucristo, apareció Juan, el pariente del Señor, bautizando en el río Jordán, instando a los judíos a arrepentirse de sus pecados: "Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos... Yo os bautizo en agua para la conversión" (Mt.3,2;1 l).

Pero aparte de las disposiciones personales de los que entran al río Ganges o aquellos bautizados en el río Jordán por San Juan, solamente en el agua, dichos ritos bautismales no tenían ni tienen en realidad eficacia alguna para perdonar los pecados: eran y son a lo más una figura, una preparación para el verdadero Bautismo Sacramental instituido por Jesucristo.

El Bautismo Sacramental

San Juan Bautista declaró: "Aquél que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle las sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego". (Mt.3,11)

Un día, entre la multitud que acudía a ser bautizada en el Jordán, apareció Jesús y ante el asombro del Bautista, pidió a también ser bautizado "no porque hubiera tenido él necesidad de ser purificado - nos dice San Agustín- sino para purificar las aguas bautismales con el contacto de su carne divina y comunicarles la virtud de purificar a los que después fueren Bautizados".

Ese fue, según los Padres de la Iglesia, el momento en que el bautismo invitando a la conversión, fue elevado al rango de Bautismo Sacramental, con toda la eficacia que le confiere el poder del Espíritu Santo.

LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN

El Bautismo forma parte de lo que la Iglesia llama Sacramentos de Iniciación. Siguiendo la analogía de la vida natural, que tiene un origen, un crecimiento y necesita un sustento, el cristiano nace a la vida de la Gracia por el Bautismo, crece por la Confirmación y se nutre y fortalece por la Eucaristía. Todavía faltan los demás Sacramentos llamados de Curación y de Servicio a la Comunidad, que conforman en plenitud la vida Cristiana.

¿QUÉ ES EL BAUTISMO?

El Catecismo de la Iglesia Católica en su número 1213 define así al Bautismo: "es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu y la puerta de acceso a los otros Sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y hechos partícipes de su misión".

Un nuevo nacimiento

La palabra clave de la definición es "regenerados" o sea, que somos generados nuevamente, nacidos de nuevo. En efecto, cuando el fariseo Nicodemo, de noche, visita a Jesucristo, recibe del Señor la siguiente noticia: "En verdad te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo, de lo alto" (Jn.3,3). Así como nacemos a la vida natural por medio de los padres, nacemos a otra vida superior en el Bautismo. Cuando Jesús dijo: "He venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia" (Jn.10,10), nos estaba prometiendo no la vida natural que se adquiere por la unión conyugal, sino la Vida Divina que él tiene desde la eternidad, como Hijo de Dios. Es designio eterno de Dios el que los hombres lleguemos a participar de su Divinidad. Es lo que llamamos Gracia Santificante.

Por encima de todo lo que nos proporciona el Bautismo, está el prodigio de llegar a ser divinizados por el agua y el Espíritu Santo en el sencillo rito del Bautismo. Es el momento más importante de nuestras vidas. Si debemos agradecer a nuestros padres naturales el habernos comunicado la vida humana, ¡cómo podremos agradecer a Dios el comunicarnos su Vida Divina! La Gracia es evidentemente el don más extraordinario y preciado del Cristiano.

Nos libera del pecado

La Gracia, Vida Divina en nosotros, no puede coexistir con ninguna clase de pecado. Al ser bautizados, somos liberados automáticamente del pecado original o cualquier otro pecado, si el bautizado es adulto. Normalmente se menciona mucho el perdón del pecado original (aunque no se entienda bien que es) y se pasa por alto lo más importante que es la divinización de nuestras almas.

Nos hace Hijos de Dios

Naturalmente no somos hijos de Dios: somos sus criaturas y entre Dios y el hombre, existe una distancia Infinita. Aunque seamos la cúspide de la Creación, no tendríamos el derecho de llamara Dios "Padre", como un ser inferior, por ejemplo un animal, no tendría derecho de llamar padre a una persona humana. Pero en- el Bautismo, al ser infundidos de la Vida Divina, nacemos realmente de Dios, somos elevados por sobre la naturaleza humana y por eso también llamamos a la Gracia "Vida Sobrenatural". Por eso San Juan emocionado nos dice: "¡Vean qué amor singular nos ha dado el Padre, que no solamente nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos!" (1 Jn.3,1)

Esa es nada menos que la dignidad del cristiano: ser hijo de Dios. Si la estirpe humana importa y puede ser motivo de legítimo orgullo, el tener como Padre a Dios mismo, es el clímax de nobleza, inpensable para un ser humano y a la que accedemos gratuitamente al ser bautizados.

Somos hermanos de Cristo

Las maravillas de la obra de Dios en nosotros vienen como en cascada: al adoptarnos Dios como hijos suyos, también nos hace automáticamente hermanos de Jesucristo.¡Ser hermanos de Jesús! Es el colmo del amor que Dios nos tiene.

Llamar a Cristo "hermano mío" suena a un atrevimiento tan solo comparable al de llamar al Padre Eterno "papá". Pero no es así, sino todo lo contrario. Dios quiere que así nos relacionemos con Él.

Somos templos del Espíritu Santo

La divinización del hombre es obra del Espíritu Santo. No hemos sido bautizados tan solo en agua, sino en agua y Espíritu Santo. El viene a nosotros calladamente, sin luces celestes ni música angelical, porque normalmente así actúa Dios, en el silencio de la Fe.

Por eso nuestros cuerpos son sagrados. San Pablo tiene que increpar duramente a los Corintios que caían en toda clase de depravaciones. "¿No saben ustedes que son Templo de Dios y que el Espíritu Santo hábita en ustedes? Al que destruya el Templo de Dios, Dios lo destruirá. El Templo de Dios es santo y ese templo son ustedes" (1 Cor.3,16-17).

Somos hijos de la Santísima Virgen María

Con mucha naturalidad y espontáneamente admitimos que María Santísima es nuestra Madre del Cielo, así como tenemos una mamá en la tierra. Pero no es una ilusión o un mero título "de cariño" sino que al ser hermanos adoptivos de Jesús por la Gracia, venimos a ser realmente hijos adoptivos de su Madre. No de otra manera se presentó la Virgen María al Beato Juan Diego: "¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás acaso en mi regazo?"

Nos hace miembros de la Iglesia

Por el Bautismo, somos agregados al Pueblo de Dios, a la Asamblea de los Santos, Cuerpo Místico de Cristo, con todos los derechos de un cristiano, como el acceso a los demás Sacramentos y a la participación en los tesoros espirituales de la Iglesia que consisten en los méritos infinitos de Jesucristo y de todos los Santos del Cielo y de la tierra.

Al mismo tiempo de tan grandes beneficios, quedamos obligados al cumplimiento de sus leyes, que siempre son, como la misma Ley de Dios, para beneficio de los cristianos.

Imprime en el alma un carácter

El Bautismo solo puede conferirse una sola vez, como una sola vez podemos nacer de nuestra madre. El alma queda marcada para siempre con el carácter de hijo de Dios, aunque posteriormente renegáramos de la Fe Cristiana o viviéramos en pecado mortal. El Bautismo es el "sello del Señor con que el Espíritu Santo nos ha marcado para el día de la redención" (San Agustín). Es en efecto, según San Ireneo, el "sello de la vida eterna". El fiel que guarde el sello hasta el fin, es decir, que permanezca fiel a las exigencias de su Bautismo, podrá morir marcado con el "sello de la Fe" en la espera de la visión bienaventurada de Dios y de la resurrección al final de los tiempos.

Resumiendo:

El Bautismo, al comunicarnos la Vida de la Gracia, que no es otra cosa que la Vida Divina, nos hace hijos de Dios Padre, hermanos de Jesucristo, templos del Espíritu Santo e hijos de María Santísima, miembros de la Iglesia y partícipes de sus méritos infinitos, imprimiendo en nuestras almas un carácter indeleble. Pero aún hay más: el Bautismo nos hace SANTOS pues la santidad consiste precisamente en vivir en Gracia de Dios, en llevar en nosotros la misma Vida Divina. "Sean santos como vuestro Padre Celestial es Santo" es el deseo de Jesucristo.

Excelencia del Bautismo

Después de estas consideraciones es fácil comprender la excelencia de nuestro Bautismo. A partir del Don preciosísimo de la Gracia, que no solamente limpia nuestra alma de todo pecado sino que nos comunica la misma Vida Divina haciéndonos Santos, y nos da la posibilidad de gozar después de la muerte, de la felicidad de Dios mismo, comprendemos que el día más importante de nuestras vidas no fue el de nuestro nacimiento natural que festejamos en los cumpleaños, sino nuestro nacimiento por el Bautismo a una vida superior. Es por eso que muchos cristianos festejamos el aniversario de nuestro Bautismo.

El conocimiento de la grandeza del Bautismo fue lo que llevó a decir a una camarera del Rey de Francia, cuando éste le reclamó diciendo: "¡Mira que soy el Rey de Francia!" "¿Y no sabéis Vos -dijo la mujer- que yo soy hija de Dios por mi Bautismo?"

Si ciertamente la Sagrada Eucaristía es la cumbre de los Sacramentos ya que nos da no solamente la Gracia sino al Autor mismo de la Gracia, sin embargo es el Bautismo aún más necesario que ella, pues siendo la Eucaristía el alimento supremo del alma, no podemos alimentarla si antes no nace a la Vida Divina.

El Bautismo cambia por completo el valor de nuestras buenas obras, pues cuando no estamos en Gracia de Dios, merecerían tan solo una recompensa meramente humana, en cambio hechas en Gracia y con la intención de agradar a Dios, recibirán, como lo dijo Nuestro Señor Jesucristo, un premio eterno.

Este bendito Sacramento es el único necesario para la salvación, pues podemos salvarnos sin haber recibido ningún otro de los demás Sacramentos pero no sin haber sido bautizados ya que Jesucristo dijo: "Quien no renaciera del agua y del Espíritu Santo no puede entrar al Reino de los Cielos" (Jn.3,5)

El Bautismo de Adultos

Los adultos, lo mismo que todo aquel que ha llegado al uso de la razón, para recibir el Bautismo válidamente, deben tener las disposiciones siguientes: En primer lugar, la voluntad, el deseo de recibirlo, pues Dios que a nadie impone su Gracia, la concede generosamente a todo aquel que la quiera y no ponga obstáculo a ella. Dice el gran San Agustín: "Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti". Es necesaria la cooperación del sujeto adulto. .

No se tiene pues, derecho de bautizar a nadie contra su voluntad, ni a un adulto privado de sentido a no ser que hubiera anteriormente manifestado la voluntad de ser bautizado; pero sí existe el derecho de bautizar a un demente de nacimiento, privado sin remedio del uso de la razón.

Pero además es necesario que el bautizando con uso de razón (niño o adulto) tenga conocimiento suficiente de la Doctrina Cristiana, tanto de las verdades contenidas en el Credo como de los Mandamientos de Dios y de los medios de Santificación, principalmente los Sacramentos.

Es lo que la Iglesia llama el Catecumenado, que en tiempos antiguos revestía suma seriedad y se podía prolongar por años. El Catecumenado o formación de los catecúmenos, tiene por finalidad permitirles en respuesta a la iniciativa divina y en unión con la comunidad eclesial, llevar a madurez su conversión y su fe. Se trata de una formación y noviciado debidamente prolongado de la vida cristiana, en la que los discípulos se unen con Cristo, su Maestro.

Por lo tanto, hay que iniciar adecuadamente a los catecúmenos en el misterio de la salvación, en la práctica de las costumbres evangélicas y en los ritos sagrados introduciéndolos en la vida de fe, la liturgia y la caridad del Pueblo de Dios (Documento "Ad Gentes" del Concilio Vaticano II). La Iglesia los abraza ya con amor, tomándolos a su cargo.

El drama del Catolicismo en nuestra Patria consiste en que todos fuimos bautizados de niños y no fuimos catequizados adecuadamente ni en la familia ni en la Parroquia y menos aún en la escuela laica oficial. De ahí la urgencia de la instrucción religiosa que siente las bases de una vida auténticamente cristiana ya que nadie ama lo que no conoce.

Además, cuando hablamos de adultos, es necesario el arrepentimiento, aunque fuera imperfecto, de sus pecados. El adulto que habiendo cometido pecados mortales se hiciera bautizar sin el debido arrepentimiento, recibiría válidamente el Sacramento, pero quedarían en suspenso sus frutos (Gracia Santificante, perdón de todos los pecados) hasta tanto se arrepintiera.

El adulto no necesita ni puede acudir al Sacramento de la Reconciliación, pues por un lado el Bautismo le borrara sus pecados y por otro lado los no bautizados no pueden válidamente recibir ningún otro Sacramento.

Las tres clases de Bautismo

Enseña la Iglesia que existen tres clases de Bautismo: por el agua, por deseo y por la sangre.

¿Cómo sería posible que Dios en su infinito amor negara la salvación a un hombre bueno que no pidió el Bautismo simplemente porque nunca supo de él?

Aquel aforismo de que "fuera de la Iglesia no hay salvación" debe ser interpretado incluyendo a los que han amado a Dios tal como lo conocieron y han cumplido la Ley Natural inscrita en sus corazones; aquellos que no obraron en contra de su conciencia y que de haber sido Evangelizados, hubieran deseado ser bautizados. Ese es considerado el Bautismo de deseo.

De igual modo, si alguien no bautizado sufriera el martirio por causa de Cristo o simplemente fuera muerto por no actuar en contra de su conciencia, de lo cual la iglesia tiene muchísimos casos, recibiría el Bautismo de Sangre y ciertamente se salvaría.

Los niños muertos sin Bautismo

En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como expresa el rito de sus exequias: "Dios nuestro, conocedor de los corazones y consuelo del espíritu, tú conoces la fe de estos padres; dales el consuelo de creer que el hijo(a), cuya muerte lloran, está en manos de tu misericordia". En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (1 Tim.2,4) y la ternura de Jesús por los niños, que le hizo decir "Dejad que los niños vengan a Mí, no se los impidáis" (Mc.10,14), nos permiten confiar en que hay un camino de salvación para ellos. Por eso es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del Santo Bautismo.

Los bautizados no Católicos

Los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el Bautismo, están en cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia Católica. Habiendo sido justificados por la fe en el Bautismo, se han incorporado a Cristo y por tanto con todo derecho se honran con el nombre de cristianos y son reconocidos por la Iglesia como hermanos en el Señor, aunque separados.

LA CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO

Todos los ritos sacramentales que celebra la Iglesia están llenos de profunda enseñanza y la persona que participa atentamente en ellos, descubre con facilidad el sentido y la gracia significada y producida por el mismo rito sagrado. En el Bautismo, cada paso de la celebración nos revela la riqueza del Sacramento y lo que realiza en el nuevo bautizado:

- La Señal de la Cruz, al principio de la celebración, señala ya desde el comienzo, el sello de Cristo sobre el que le va a pertenecer y la gracia de la redención que Cristo nos ha adquirido por su Cruz. Todo lo que el cristiano hace, puede y debe hacerse en honor de la Santísima Trinidad, amparados por la Cruz de nuestro Salvador.

- Las Lecturas Bíblicas iluminan con la verdad revelada, a los candidatos y a la asamblea y suscitan la respuesta de Fe, inseparable del Bautismo. En efecto, es por la Fe que entramos a la vida Sacramental, a la vida de Gracia.

-Exorcismo y Unción Prebautismal. El Bautismo significa la liberación del pecado y de su instigador, el demonio y por eso incluye un exorcismo pidiendo a Dios que el catecúmeno sea liberado del dominio de Satanás y pueda ser habitado por el Espíritu Santo.

-Es ungido a continuación con el Oleo de los catecúmenos, consagrado por el Obispo el Jueves Santo anterior. Corno esta unción se hace en el pecho, es conveniente, si el bautizado es un bebé, que tenga la ropa suficientemente floja.

- Bendición del agua. La materia propia del Bautismo es el agua simple, signo de vida y fecundidad. El sacerdote bendice y toca el agua invocando al Espíritu Santo para que descienda sobre ella de modo que los bautizados "nazcan del agua y del Espíritu" (Jn.3,5)

-Profesión de Fe. El Bautismo no solo significa renunciar al pecado y a Satanás, sino que es opción por la Fe Católica. Es por ello que con diferentes fórmulas, el catecúmeno (o los padres y padrinos en caso de un infante) son invitados a declarar su adhesión decidida a las verdades de nuestra Fe. Decir "Renuncio a Satanás y creo en Cristo el Señor" es todo un compromiso que tal vez exija un cambio en nuestras vidas. ¡No debemos decir palabras tan importantes frívolamente!

- Rito del Bautismo. Llegado el momento, en la Iglesia de rito latino, el sacerdote derrama agua bautismal en la cabeza del catecúmeno, pronunciando al unísono la fórmula sacramental: "N., yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

En las Iglesias de rito oriental, se acostumbra sumergir por tres veces al bebé en la pila bautismal.

-La Unción con el Santo Crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo, significa el don del Espíritu Santo. Ha llegado a ser un cristiano, es decir "ungido" por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo y por lo tanto, como El, constituido sacerdote, profeta y rey. ¡Esa es la excelsa dignidad del cristiano!

-La vestidura blanca que se impone al recién bautizado simboliza que "se ha revestido de Cristo" (Gál. 3,27) y que ha resucitado con El. Es figura de la Gracia Santificante, de la pureza del alma, libre ahora de todo pecado.

-La luz de Cristo. Del cirio Pascual, el bautizado o sus padres o padrinos, reciben la Luz del Mundo, simbolizando que Cristo ha iluminado al nuevo cristiano. Al mismo tiempo simboliza que los cristianos debemos ser la Luz del mundo, como Cristo nos dijo: Grave responsabilidad de padres y padrinos es proteger y alimentar la Fe del bautizado de modo que su luz nunca se apague.

-Padre Nuestro: Ahora el bautizado es ya cristiano, es hermano de Cristo en la Gracia e hijo del Padre Eterno. Puede ya decir la oración de los hijos de Dios.

¿Quién puede recibir el Bautismo?

El Derecho Canónico, en una frase escueta reglamenta: "Es capaz de recibir el bautismo todo ser humano, aún no bautizado, y sólo él". (CIC 864)

En los orígenes de la Iglesia, cuando la predicación del Evangelio era escuchada por adultos principalmente, el bautismo por lo general se concedía a los que habiendo sido debidamente instruidos e iniciados, lo pedían. Pero ya desde los tiempos apostólicos, muchos niños fueron bautizados cuando "casas enteras" recibieron la Fe. (Hech. 1 6,15; 18,8; 1 Cor. 1, 1 6)

Puesto que los niños nacen con una naturaleza humana caída, carentes de la Vida divina y manchados con el pecado original, necesitan también el nuevo nacimiento del Bautismo para gozar de la libertad de los hijos de Dios. Por lo tanto la Iglesia y los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administran el Bautismo poco después de su nacimiento.

Hay quien dice que bautizar a un niño es imponerle una religión que él no ha pedido y que hay que esperar a que sea adulto y que él decida a qué iglesia quiere pertenecer. Es un error nacido de la ignorancia. Al hijo tampoco se le pidió su opinión para darle la vida natural: se le concedió por amor. Así es con la Vida Divina. Dejar a un niño sin bautizar es un signo de que los padres no tienen la fe cristiana ni saben lo que es la Gracia de Dios.

La Fe cristiana adquirida en el Bautismo, debe crecer y desarrollarse. Por eso se renuevan las Promesas del Bautismo cada año en la noche de la Pascua.

Los Padrinos del Bautismo

Es tan importante garantizar el crecimiento en la Fe del bautizado, que la Iglesia pide que los padres tengan él auxilio de los Padrinos, cuyo papel puede llegar a ser de suma importancia. Estos deben ser personas auténticamente católicas, capaces de dar un verdadero testimonio cristiano ante sus ahijados. Por lo tanto quedan excluidas aquellas que viven en amasiato o adulterio o las que de alguna manera serían un mal ejemplo o motivo de escándalo.

El lenguaje mismo nos indica el bellísimo papel de los padrinos ya que son "padres-con" y el bautizado viene a ser "ahijado" o sea "como-hijo". No conviene por lo tanto aceptar el padrinazgo de muchos ahijados, siendo una responsabilidad tan grande.

Deben pues los padres y padrinos, cuidar la formación cristiana de los niños proporcionándoles un ambiente sólidamente cristiano, siendo capaces de ayudarlo en las diversas etapas de su vida, en el esclarecimiento de sus dudas, en el acompañamiento de la vida sacramental, en la vida de oración, etc...

Quién puede Bautizar

Son ministros ordinarios del Bautismo el obispo y el presbítero así como los diáconos. Pero en caso de necesidad, cualquier persona, incluso no bautizada, puede bautizar.

Basta con tener a mano agua simple y derramarla sobre la cabeza o sobre cualquier parte del cuerpo del niño diciéndole: "Yo te bautizo en nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Hay que tener en cuenta esto sobre todo en los hospitales de ginecología, en donde se dan frecuentemente los casos de peligro de muerte del recién nacido. Médicos, enfermeras, padres, deben proporcionar al bebé la Gracia divina. En caso de sobrevivencia, el niño debe ser presentado en la parroquia, advirtiendo que está bautizado y completarse la ceremonia.

La Fé de Bautismo

Cuando un niño es bautizado, recibe un documento firmado por el sacerdote que lo bautizó, dando fe del hecho. Es un documento sumamente importante que corresponde al acta levantada en los Libros Parroquiales. Debe estar totalmente de acuerdo en todos los datos, principalmente en el nombre del bautizado, con el acta de nacimiento levantada en el registro civil. Muchos problemas surgen cuando por descuido o negligencia no concuerdan los dos documentos, se pierden o destruyen. El cristiano debe apreciar su Fé de Bautismo y celebrar el día en que fue hecho hijo de Dios.

El nombre del Cristiano

En el Bautismo, el Nombre del Señor santifica al hombre y el cristiano recibe su nombre en la Iglesia. Puede ser el nombre de un Santo, es decir de un discípulo que vivió una vida ejemplar de fidelidad a Dios. Al ser puesto bajo el patrocinio de un Santo, se ofrece al cristiano un modelo de vida y se garantiza su intercesión.

"Procuren pues los padres, padrinos y el párroco que no se imponga un nombre ajeno al sentir cristiano" (CIC 855).

Se da en algunos ambientes la costumbre de escoger para los hijos nombres inspirados en telenovelas, artistas, deportistas, o bien nombres extranjeros imitando a otras culturas, renegando de nuestra identidad y de nuestra historia.

Conocer a nuestro Santo Patrono y festejar su día es parte de nuestra vida cristiana.

CONCLUSIONES PRÁCTICAS:

Comprendiendo con el estudio de este folleto la grandeza e importancia del Bautismo, sería bueno considerar atentamente varias cosas:

1. Bautizar al hijo lo más pronto posible para que nazca a la Vida Divina y sea hijo de Dios.

2. Programar con anticipación el Bautismo en la Parroquia correspondiente, teniendo en cuenta los horarios y las fechas.

3. Elegir de antemano nombres cristianos evitando aquellos extranjerizantes o televisivos dando al niño un Santo Patrono que no tan solo lo proteja sino que sea un ejemplo en su vida.

4. Elegir también buenos padrinos, personas ejemplares en su cristianismo, capaces de ayudar a los padres en la educación cristiana del niño. Evitar, por lo tanto a los que vivan en amasiato o adulterio, a los herejes o gente de mala vida, etc... No buscar quedar bien con nadie o allegarse compadres pudientes con miras a sacar provechos materiales.

5. No poner más interés en detalles secundarios como pueden ser el ropón, los bolos, recordatorios, etc., que en el estudio y comprensión del Sacramento.

6. Aunque el Bautismo es por lo general de un infante, la ceremonia en sí no es apta para niños que todavía no pueden comprender la ceremonia. Convertir el templo en un jardín de niños menores de 5 o 6 años estropea la solemnidad de tan gran momento.

7. No insistir en realizar el Bautismo en casas particulares, lo que está definitivamente prohibido y con mucha razón, ya que no solamente distrae al sacerdote de sus obligaciones en la parroquia, sino que propicia la dispersión del Pueblo de Dios, desconociendo la Parroquia como el centro de nuestro culto.

8. No rehuir a los Bautismos comunitarios. No es posible dada la escasez de sacerdotes, que cada familia tenga su celebración privada.

9. No está por demás recordar a los padres de la criatura que lean cuidadosamente tanto el Acta de Nacimiento en la Delegación como después la Fe de Bautismo para que los nombres, fechas y demás datos estén correctos y en correlación en ambos documentos.

Con frecuencia errores burocráticos causan problemas muy fuertes en trámites legales posteriores (pasaportes, cartillas, credencial de elector, etc.)

"En el día de nuestro bautismo recibimos el mayor don que Dios puede otorgar al hombre y a la mujer. Ningún otro honor, ninguna otra distinción alcanzarán a igualar su valor. Porque fuimos liberados del pecado e incorporados a Cristo y a su cuerpo que es la Iglesia".

Juan Pablo II

Esta foto impresionante se convirtió en un mensaje de fé en España.  Fué tomada en el bautismo de Valentino Mora, hijo de Erica, una madre soltera de 21 que le pidió al fotógrafo que le tomara una foto gratis. 

La foto del bautismo de Valentino Mora está inundando el internet,  porque al momento de que el sacerdote le echa el agua bendita en su cabeza,  el agua fluye en la forma de un rosario.
Esta historia empezó en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en Córdoba, España, donde el bautismo de este niño de un mes de nacido tomó lugar.  En el momento que se acercaron a la pila bautismal para el sacramento del Bautismo,  Erica le pidió a la fotógrafa María Silvana Salles, que había sido contratada por otros padres que bautizaban sus hijos,  tomarle una foto al de ella como un favor, ya que no disponía de dinero para pagarle.  La fotógrafa, movida por el pedido de Erica,  asintió a tomarle una foto a Valentino.  
María Silvana trabaja con una cámara tradicional y tuvo que enviar el film para ser revelado en un taller de Córdoba.  Cuando ella recibió las fotos, notó con sorpresa que el agua que le caía al bebé era un perfecto rosario.  
La foto del bautismo de Valentino ha despertado la Fé en el pueblo de Córdoba, que visitó la casa de la humilde Erica y Valentino Mora para tocarlo.  
La verdad es que esta señal de la fé ha movilizado a todo el pueblo de Córdoba, que van a la casa de María Silvana para comprarle una copia de la foto como si fuera una tarjeta de oración.

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Los Sacramentos

¿Qué es un Sacramento?

Es un signo visible que nos transmite, una realidad invisible. Son acciones de la Iglesia, fundadas y fundamentadas en las mismas acciones de Jesús. Los sacramentos "corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos. Hay aquí una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida espiritual". (Catecismo de la Iglesia Católica, 1210).

Los sacramentos van acompañando nuestra vida humana, pero desde un enfoque que trasciende a nuestro ser, que es la bendición y gracia de Dios. Nacemos biológicamente, pero Dios nos hace nacer de nuevo por el Bautismo. Nos enfermamos, físicamente hablando, y Dios nos cura del pecado. Así sucesivamente, los sacramentos se van haciendo compañeros de viaje en nuestra propia vida.

DIVISIÓN DE LOS SACRAMENTOS:

Los SIETE sacramentos se dividen en TRES GRUPOS, los cuales nos permiten entender mejor la función de cada uno de ellos. Veamos esa división:

  1. SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA: como su nombre lo está indicando, son los sacramentos que nos introducen en la vida cristiana, nos ayudan y enseñan a comenzar a caminar como hijos de Dios y miembros de la Iglesia.

A este primer grupo pertenecen: el Bautismo, la Eucaristía, la Confirmación y la Comunión. Es el orden en que los recibimos actualmente.

  1. SACRAMENTOS DE CURACIÓN O SANACIÓN: son los sacramentos que nos dan la fuerza de sobreponernos a las caídas causadas por nuestra debilidad humana y también nos brindan las fuerzas necesarias para poder sobrellevar una enfermedad, aceptando siempre, de parte de Dios; su voluntad.

 A este grupo pertenecen los sacramentos de la Reconciliación y Unción de los enfermos.

  1. SACRAMENTOS DE SERVICIO SOCIAL O DE SERVICIO A LA COMUNIDAD: por medio de estos sacramentos, las personas testimonian ante el mundo una vocación especial y son semilla de crecimiento para que otros se enamoren de ella y la cultiven.

A este grupo pertenecen el Orden Sacerdotal y el Matrimonio.

Vamos a dar un paso más. Cada sacramento trae consigo una manera particular de otorgarnos la Gracia. Por eso, se debe tener FE en todo sacramento. Sólo desde la fe podemos hacer posible que el sacramento actúe de una manera eficaz y segura.

Es la persona que recibe el sacramento quien debe cuidar esa Gracia. En el caso del Bautismo, los padres y padrinos se deben comprometer a enseñarle al niño o niña a cuidar la Gracia que se le otorga en este sacramento.

Los sacramentos son acciones de la Iglesia que, ante todo, se celebran desde la fe. Desafortunadamente, lo primero que hacen muchas personas frente a estas acciones es pensar en la fiesta, el vestido, los regalos y, por ultimo, dejan las diligencias pertinentes a sacramento.

 Algunos consejos muy importantes:

  1. Antes de preparar un sacramento en su celebración social, primero diríjase al despacho parroquial y, con la secretaria o sacerdote, consulte sobre todo el proceso necesario para recibir el sacramento. No olviden que el sacramento no conlleva una fiesta de carácter social. Lo IMPORTANTE es la Gracia de Dios.
  1. En algunos sacramentos, se requieren ciertos documentos porque tiene su importancia y repercusión civil. No "reniegue" de este proceso, trate de cumplirlo al pie de la letra. Si tiene dificultades, los mismos sacerdotes y, en última instancia, las Diócesis le colaborarán con el mayor gusto. Por tal motivo, no deje para última hora las diligencias.

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Comparación Práctica del Interior del Hombre

¿Viven dentro del Ser Humano, DOS LOBOS?

Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.
 

Él dijo, "Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros".  
 

"Uno es Malvado" -  Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, sobervia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.
 

"El otro es Bueno" - Es alegría, paz, amor, esperanza, caridad, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión, misericodia y fe.
 

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?”  
 

El viejo Cherokee respondió: "Aquél al que tú alimentes."

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Frio, Oscuridad y Maldad

"El resultado de lo que pasa cuando el hombre no tiene el amor de Dios presente en su corazón se llama maldad." Albert Einsten (1879 - 1955)

Ver video interesante donde se plantea que el frio, la oscuridad y la maldad no existen, ni se pueden estudiar. Son sencillamente la ausencia de calor, luz y amor de Dios, respectivamente.

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Benedicto XVI

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PALABRAS CLAVES DEL CONCILIO VATICANO II

(1 al 10)

1. "AGGIORNAMENTO"

La Palabra expresa el esfuerzo de toda la Iglesia para mirar positivamente al mundo buscando "estar al día" en la lectura de los "signos de los tiempos" que se presentan en la realidad.

 

2. COLEGIALIDAD

Es la revalorización del "colegio" de los obispos presidido por el obispo de Roma, el Papa. Los obispos no son subalternos del Papa sino que son responsables pastorales de su Iglesia local. La colegialidad se expresa por medio de algunos organismos a nivel mundial, como el sínodo de los obispos, y a nivel nacional, como las Conferencias Espiscopales.

 

3. DIÁLOGO

El Concilio ha promovido un diáogo hacia todas las direcciones siguiendo la propuesta de la Encíclica programática de Pablo VI, Ecclesiam suam, del 6 de agosto de 1964. De aquí en más el diálogo será herramienta fundamental del anuncio y de la misión de la Iglesia.

4. COMUNIÓN
El proyecto de Dios es un proyecto de comunión. La Iglesia Católica se define como una comunión de Iglesias locales. A nivel más profundo, la Iglesia es comunión con Dios y entre los hombres. La pluralidad y la diversidad son entendidas como elemento positivo.

5. LIBERTAD RELIGIOSA
Una de las más grandes innovaciones del Vaticano II con respecto a la historia del catolicismo es la afirmación de la lbertad religiosa, que va asociada a la libertad de conciencia. El papa Gregorio XVI la consideraba en el siglo XVI como un "delirio". Por primera vez, la expresión "libertad religiosa" figura en un texto oficial católico y el subtítulo del documento precisa: "El derecho de la persona y de la comunidad a la libertad social y civil en materia religiosa".

6. LITURGIA
Un deseo de los 2,500 obispos presentes en el Concilio era llegar pronto a una reforma litúrgica cercana al pueblo que permitiera su participación. Redescubriendo las antiguas tradiciones litúrgicas, el pueblo vuelve a ser protagonista de las celebraciones y de la vida eclesial.

7. ECUMENISMO
No sin encontrar algunas dificultades, la palabra ecumenismo adquiere legitimidad plena en la Igiesia Católica. La Iglesia de Cristo no se reduce a la Iglesia Católica romana. Las djferentes Iglesias que están en comunión imperfecta pero real con la Iglesia Católica, forman parte de la única Iglesia de Cristo. La finalidad del camino ecuménico no es la incorporación de los demás sino la búsqueda de un diálogo serio y exigente para favorecer el encuentro.

8. PALABRA DE DIOS
El Vaticano II ha restaurado el lugar de la Palabra de Dios como fundamento de toda la vida cristiana. El Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio. Todo el Pueblo de Dios puede y debe acercarse a la Biblia para que ésta ilumine su vida.

9. PUEBLO DE DIOS
Esta definición de la Iglesia valoriza la condición cristiana de todos los integrantes de la Iglesia, laicos y ministros. Propone también una nueva inserción en la historia y en el mundo, y una nueva configuración de relaciones en el interior de la Igiesia.

10. PRESENCIA
La Iglesia se percibe como presencia frente a Dios y frente a los hombres. En el mundo esta presencia es una presencia de servicio. La Igiesia centrada en el Evangelió se abre al mundo.

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Importancia y precaución en ...

La fidelidad al Evangelio de Jesucristo y a la Doctrina de la Iglesia son elementos indispensables en toda gestión de preparación, crecimiento y/o fortalecimiento de los laicos, grupos apostólicos, o movimientos en general de nuestra Iglesia.

El comportamiento del puertorriqueño de hoy en día proyecta que la situación religiosa o de materia de fe, de los hombres, mujeres y niños urge, de manera más apremiante cada día, impulsar una nueva evangelización de nuestra familia, comunidad, pueblo, grupo, movimiento, de nuestro mundo que sea atractiva, convincente y genuinamente legítima.

Esta empresa, cuya magnitud y alcance, ahora tal vez más que nunca, reclama por parte de los Líderes Laicos, Líderes de Grupos Apostólicos, Líderes de Movimientos, Líderes de Toda la Iglesia una gran atención y esfuerzo misionero, que dé prioridad al primer anuncio del Evangelio y la llamada a una continua, conversión personal. Sobre esta base de la continua conversión personal, es necesario promover un gran esfuerzo sobre las distracciones en la catequización de los fieles cristianos, grupos apostólicos y movimientos ya que en muchos casos parece más apariencia y/o ficción, que racionalmente alcanzable.

La catequesis es un instrumento básico de la nueva evangelización y debe estar presente en Todas las Actividades que un buen Cristiano realiza, ya se individual o grupalmente. El fundamento principal de la catequesis es su credibilidad y acogida que solo será sostenida por la Doctrina de la Iglesia. Todo lo que el Bien Común, la Sana Convivencia y el Crecimiento del Cristiano requieren para ser merecedor de la presencia del Padre, está contenido, de algún modo, el la Doctrina de la Iglesia.

“La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padres, dio a Los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas Las gentes enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado (No lo que a ellos se le ocurriera). Él les confiaba de este modo la misión y el poder de anunciar a los hombres 1o que ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y: palpado con sus manos, acerca del Verbo de vida” (Sin inventar nada). (Catechesi tradendae, Exhortación de Juan Pablo II sobre la catequesis 16 de octubre 1979, No 1).

“En la catequesis hay un primer tiempo para escuchar, que hace posible a los cristianos entrar en diálogo con la Iglesia que transmite la palabra de Dios. Segundo tiempo, para transmitir. El acto de la catequesis consiste propiamente en transmitir la palabra de Dios, lo que no equivale a transmitir una mera enseñanza. Aquí es precisamente donde el hombre empieza a dialogar con Dios a través de la búsqueda del sentido profundo de su existir. El catequizado y el catequista juntos van descubriendo el misterio de salvación que está en el corazón mismo de la existencia humana y que se ha manifestado en el acontecimiento de la encarnación y de pascua de Jesucristo". (Catequesis y promoción humana, Francisco M. Aguilera).

Un Diálogo o Encuentro a solas con Dios es la mejor actividad que se puede realizar para una catequesis genuina si la iniciativa, no importa de donde venga, ha incluido como parte del material contenido para la misma, lo que dice la Iglesia sobre cada tema, lectura y/o asunto a tratar. Esto sería no solo dialogar con Dios, sino, dialogar con la Iglesia, también.

Realizar un Diálogo o Encuentro a solas con Dios sin este elemento (la Doctrina de la Iglesia) es poner, gravemente, en riesgo la fidelidad a ella. De ahí las frases: “Dios me ha dicho”, “Dios me dice”, “Yo creo que Dios lo que quiere es”, etc. Estas frases y muchas otras similares resaltan, posiblemente, posturas que finalmente terminan apartándose de la Iglesia y/o viviendo una doble vida para el mundo, pero a espaldas de Dios, aunque se diga perseverar en ella.

Cuando se busca crecer en la Fe, Esperanza y Caridad a la luz de la Doctrina de la Iglesia ese crecimiento está garantizado “Divinamente” y se puede confiar que lo que se dice, se ve, se vive y la armonía y consistencia se nota claramente. No requiere de análisis ni verificación humana.

El mandato y legado Divino para con el hombre ha sido ininterrumpido y fiel desde su inicio por aquellos, genuinos, cristianos que así lo aceptaron y lo aceptan; lo propagaron y lo propagan. Lo que es de Dios es de Dios, ni más, ni menos y punto.

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La Corrección Fraterna un Acto de Amor

Son muchos nuestros fallos y nuestras limitaciones, a pesar de ellos, en Él está nuestra fortaleza. Sentirnos hermanos debe ser la base de educarnos, corregirnos y sobre todo animarnos a ser de los suyos, cristianos de verdad.

Toda nuestra vida, como hijos de Dios, tenemos que hacerla de la mejor forma, con y por la caridad, en ella se expresa fielmente el amor fraterno, es así como Jesús siempre nos enseña que hemos de dar y buscar el amor al prójimo Ciertamente, la corrección fraterna, debe efectuarse con la amabilidad con la cual la haría Cristo, no exentos de franqueza y sinceridad, pero fundamentalmente con sentimientos profundos de amor al hermano que ha caído en falta, y su fin no es otro que desear su bien, sobre todo su bien eterno.

El amor fraterno, nos debe impedir el permanecer indiferentes, es decir no nos encojamos de hombros si sabemos que alguien esta en peligro porque no va por el camino justo o camina por sendas del error. No tengamos temor, es precisamente la palabra de Cristo la que nos exige a no dejar caer en falta a un hermano.

Este "repréndele" es acto de caridad, por amor a un hermano, y aplicamos la corrección fraterna, porque estamos buscando su bien y lo hacemos como nos lo pide Jesús, en primera instancia, en privado y no divulgamos lo conversado. Ahora bien, si a quien queremos corregir no nos oye, nos pide Jesús aplicar la corrección con dos testigo y en último caso junto a la comunidad.

No debemos olvidar, que esta corrección fraterna, está contenida en el mandato del servicio a los más pequeños y del perdón sin límites. También se enmarca en la condena del escándalo, como de la falta de misericordia.

Muchas veces oímos y expresamos la palabra caridad, esto nos invita a reflexionar en profundidad el significado de esta a fin de no olvidar su sentido, es una palabra muy bella, con mucho sentimiento, caridad es la actitud solidaria con el sufrimiento ajeno, es así como damos una limosna por caridad, porque queremos ir en auxilio de quien lo necesita y lo hacemos por amor a Dios. Caridad es la virtud sobrenatural infusa (gracias y dones que Dios infunde en el alma) por la que la persona ama a Dios sobre todas las cosas por si mismo (no por interés) y ama al prójimo por Dios.

La caridad no es indecorosa, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. (Cor.1-13,5)

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Humildad (intelectualmente)

La humildad “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades humanas y en obrar de acuerdo con este conocimiento” (según la Real Academia Española).

Humildad (cristianismo)

Santo Tomás de Aquino definió la humildad como una virtud del cristiano

La humildad es una cualidad o característica humana que es atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia o a Dios según si se habla en términos teológicos. Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros. El concepto de la humildad en varias confesiones es a menudo mucho más exacto y extenso. La humildad no debe ser confundida con la humillación, que es el acto de hacer experimentar en algún otro o en uno mismo una vergonzante sensación, y que es algo totalmente diferente.

Para el cristianismo la mayor persona humilde fue Jesús que siendo el más rico de todos se hizo pobre y nació en un pesebre y siendo el más importante murió en una cruz.

Desde la perspectiva de la evolución espiritual, la humildad es una virtud de realismo, pues consiste en ser conscientes de nuestras limitaciones e insuficiencias y en actuar de acuerdo con tal conciencia. Más exactamente, la humildad es la sabiduría de lo que somos. Es decir, es la sabiduría de aceptar nuestro nivel real evolutivo.

La humildad en las personas es toda aquella cualidad que revela el completo concepto de lo que es el ser humano, es la verdadera virtud que muestra en un más completo sentido lo que convierte a una persona en humano. La humildad no es sinónimo de pobreza, es sinónimo de calidad de persona.

Humildad (confundida)

Está basada en la aceptación y no en el sometimiento, el Señor Jesús, un hombre que aceptó la voluntad de Dios con humildad y en otras se apartó de las tentaciones de Satanás para no someterse a su voluntad. Hay una gran diferencia entre la aceptación y el sometimiento. Cuando Jesús echó del templo a los mercaderes... ¿esa actitud, es arrogante? No lo creo, para el Mesías lo más importante es el Padre Dios al que se le debe respeto y humildad “Mano dura, corazón grande”, pero Papa Dios nunca te somete, solo te invita a que lo aceptes, los malos solo intimidan, acobardan y te someten, te vuelven humilde a la fuerza.

Cuando en una actividad humana sea deportiva o de debate te están dominando no falta el comentario o la postura prepotente del adversario cuando se siente muy superior a los demás… “Mira, nosotros te podemos permitir, conceder o dar oportunidad o ventaja para equilibrar la contienda o partido” (errores crasos) primer error, menospreciar al adversario cambiando las reglas de juego, segundo error, insinuar que no hay humildad porque no me sometí a la propuesta, la justificación es simple: "prefiero perder 9 partidos y ganar uno solo, pero, mano a mano", hay más mérito en lo último que en 5 que gane con la ventaja propuesta, digo: a los humanos nos duele que los demás no se sometan a nuestras condiciones y terminamos tildándolos como orgullosos, ignorantes, tontos o comportamiento de niñería.

Hay personas que piensan que pueden cambiar las reglas de Dios y orgullosamente se creen únicos e infalibles con su sistema y estructura y que debemos o tenemos que someternos a sus condiciones para alcanzar la salvación o armonizar con el designio de Dios. Si los contrariamos nos tildan de caer en una falta de humildad por no doblar las rodillas a sus designios, con solo imaginar a un Jesús sometiéndose a las condiciones del César (hoy en día es un lugar donde Jesús va a volear rejo cuando vuelva), y el emperador diciendo: “Así me gusta, humildad ante su rey” pero el Mesías sabía que la humildad solo está reservada para Dios en primera instancia; Piensen en lo siguiente… cuando un hombre reclama humildad, en el fondo te está pidiendo a gritos que te le arrodilles y te sometas a su arrogante actitud.

Miremos a Jesucristo… corazón humilde con Dios, mano dura con los idólatras y tiranos, “Rejo en el templo y humildad en el calvario para salvarnos”; El estilo Gandhi… corazón humilde con Dios, mano dura con los injustos, “Una violenta actitud al dominio y a las condiciones impuestas por los británicos y una humilde actitud a la no violencia física”; dos tremendos ejemplos de verdadera humildad al servicio de Dios, de la Vida y el Bien Común.

Ahora debemos estar atentos de no confundir la humildad con el estar doblegado o estar en silencio, está bien que se queden callados, para mí el silencio es orar en soledad, pero hay unos que ni dicen ni hacen, es como al que se le dan 10 talentos y pasado el día vuelve con los mismos 10 talentos o los que hablan mucho y no hacen nada, hablan del amor a la vida, al planeta, al prójimo y acuestas llevan muerte, atropello y destrucción en sus dietas, “No hay ser más arrogante quien se siente con derecho de destruir o atropellar al prójimo”, muchísima soberbia tienen los que no aceptan que la aniquilación, atropello o paralización del bien común va en contra de Dios, va en contra de lo más sagrado “El Amor”, “Que prepotencia la de los rapaces” para colmo estos seres son los que más reclaman humildad y utilizan todo su intelecto, poder y autoridad para justificar sus sangrientas prácticas “El intelecto, poder y autoridad al servicio del atropello”.

Cuando aprendamos y logremos vivir en humildad a Dios podremos extender las raíces a nuestro prójimo, Jesús aunque muchas veces fue fuerte al exigir respeto y amor a Dios no recuerdo exigencias para él ni en los peores momentos de su martirio, Él, siempre humilde pidiendo perdón por nuestros pecados.

Jesús dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Juan 14:6), a la lupa de los letrados de la época estas palabras debieron haber sido muy osadas y pretenciosas, pero hoy en día que sabemos la trayectoria de Jesús comprendemos sabiamente porque las dijo descartando de tajo que hayan sido producto de su arrogancia, hoy comprendemos que Jesús servía a su Padre y lo hacía con valor y convencimiento, gran ejemplo que nos invita a convertirnos en seres sin complejos, sin los achaques de una falsa humildad, pura tierra fértil para evolucionar en Dios, sin la prisión y los sometimientos humanos, mucho valor para no dejarnos esclavizar y mucha sumisión para dejarnos seducir por el Amor de Dios.

"La gente fría pide a gritos que no le digan la verdad y trata de callar pregonando una falsa humildad"

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Preparada por: Eva y Kno

Última Actualización: Saturday, 21 March 2015 08:40:04 PM

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